Al igual que la serpiente, las personas nacidas bajo este signo siempre parecen misteriosas y enigmáticas. Quizá sea porque nunca revelan por completo su alma. El carácter de la serpiente está lleno de contradicciones: por un lado puede ser sabia, perspicaz y de carácter fuerte, y por otro, conmovedora, encantadora, suave y encantadora. Aunque a veces inspira miedo con su mirada de serpiente y su carisma misterioso, la serpiente es la seductora por excelencia. Con su carácter ganador, su carisma y su elegancia natural, encanta a jóvenes y mayores. Cuando se lo propone, nadie puede resistirse a ella. Parece como si tuviera fuertes poderes psíquicos que atraen a la gente como un imán. Una Serpiente típica es culta, filosófica y siente inclinación por lo espiritual. Su conocimiento de la naturaleza humana es asombroso, se podría creer que tiene un sexto sentido. A través de su intuición innata, percibe inmediatamente si alguien está siendo sincero con ella. Vive según sus propias leyes y penetra en la esencia de todas las cosas mucho más rápido que los demás. Pero también tiene exigencias muy terrenales. Por encima de todo, ama sus posesiones, que defiende contra todo y contra todos. Si alguien intenta arrebatarle algo, sisea y habla con lengua. La mayor debilidad de la serpiente es que no puede perder. No soporta la derrota y no se perdona el fracaso. Cuando se propone algo, debe conseguirlo. Si no lo consigue, casi enferma.
La serpiente y su salud
La serpiente presta mucha atención a su salud. Cuando come, cuenta las calorías y, aunque las actividades deportivas son anatema para ella, acude al gimnasio para contrarrestar a tiempo cualquier desnivel en su preciado cuerpo.
La serpiente y en el trabajo
La serpiente siempre encontrará intuitivamente el mejor lugar para su actividad profesional. Al hacerlo, no tiene ninguna dificultad para adaptarse, porque percibirá inmediatamente hacia dónde se dirige y lo que su jefe o sus colegas esperan de ella.
La serpiente y el amor
Hay algo aplastante en la pasión de la serpiente. Se aferra a su pareja para que no tenga libertad de movimiento en absoluto, y a menudo sólo por capricho. Si no fuera tan celosa y posesiva, podría disfrutar mucho más del amor y la pareja. Al mismo tiempo, ella misma tiende a tener aventuras, que nunca admitiría. La serpiente puede ser feliz con el búfalo, siempre que lo reconozca como su jefe. También se lleva bien con el gallo. Pero ten piedad del cerdo que se deja envolver por una serpiente. Se quedaría sin fuerzas poco a poco. La serpiente debería tener cuidado con el tigre. La haría "pedazos".