En algunos horóscopos chinos, el Conejo se convierte en Gato. En sentido estricto, los rasgos de carácter de este signo casi se adaptan mejor a un gato que a un conejo. Sea como fuere, la persona nacida bajo el signo del Conejo es, en cualquier caso, una persona feliz y contenta, siempre que no se le acerque demasiado y se le deje en paz. En su opinión, hay que disfrutar de la vida al máximo, por lo que se mantiene lo más alejado posible de todo lo que pueda agobiarle. Le encantan las grandes fiestas, los festejos y "la dolce vita". Difícilmente se le encontrará en acontecimientos tristes. Porque tiene unos sensores muy finos para los sentimientos y las necesidades de sus semejantes. No soporta ver sufrir a nadie. Y como rompe a llorar con facilidad, prefiere retirarse. En estas cuestiones, nuestro conejo es una auténtica pata de conejo. Cautelosa e incluso un poco tímida, la liebre no hará nada sin antes haber sopesado a fondo los pros y los contras. Pero nunca hay que subestimarlo, porque también puede ser astuto y astuto hasta el engaño. Sabe exactamente lo que quiere y, si es necesario, se sale con la suya discretamente, a veces por la espalda. El Conejo da mucha importancia a la belleza del entorno y su casa suele estar amueblada con un gusto exquisito. Aprecia a los invitados y los invitados le aprecian a él.
La liebre y su salud
Estos conejos son verdaderos amantes de la comida. Siempre mucha comida sabrosa y un buen zumo de uva para acompañarla, eso es lo que hace feliz al corazón de un conejo. Así que no es de extrañar que estos epicúreos tengan uno o dos problemas digestivos. Quizá convendría un poco de moderación.
La liebre y el trabajo
La liebre es emprendedora, buena especuladora y tiene talento para detectar oportunidades favorables. Pero su sensibilidad también le convierte en un buen diplomático que demuestra una habilidad excepcional en las negociaciones comerciales. También hace buen uso de esta habilidad, porque es ambicioso y quiere salir adelante. Persigue sus planes con perseverancia y tenacidad, esquivando hábilmente todos los obstáculos con un gancho hasta alcanzar su objetivo.
La liebre y el amor
El conejo sensible es extremadamente capaz de amar y también puede ser fiel. Pero a esta criatura introvertida no le resulta fácil demostrar sus sentimientos, ni siquiera comunicarlos. Por lo tanto, puede ocurrir que se pierda un gran amor debido a su reticencia. El Conejo se lleva bien con la Cabra, cuyo sentido del arte aprecia. Además, la Cabra soporta con ecuanimidad los estados de ánimo del Conejo. La liebre también se lleva bien con el perro honesto y el cerdo considerado. El gallo, en cambio, le irrita con sus fanfarronadas y a la rata debe evitarla a toda costa. Su relación con el tigre es algo tensa en el amor. Aunque la liebre es la más débil, ve a través del tigre tan bien que no necesita temerle.