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mascarada, disfraz, disfraz, carnaval, fantasía, fachada, conservar la imagen, fingir, fugacidad
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Todo el mundo ha deseado alguna vez ser otro, meterse en la piel de otra persona. Esto ejerce su propia fascinación en las personas, para al menos representar un papel diferente durante un rato a través de un disfraz. Lo más interesante son los disfraces que representan un tipo especial de persona que no se corresponde con la propia naturaleza o características. Los homosexuales masculinos suelen aparecer disfrazados de mujer o les encanta meterse en el papel del sexo opuesto.
La gente que tiene miedo de casi todo el mundo se disfraza de Superman. Las personas que en la vida cotidiana actúan como discretos ratones grises se transforman en coloridas aves del paraíso o en payasos. Una excelente oportunidad para desahogar todo tipo de fantasías y bandos ocultos la ofrece sobre todo la época de carnaval, una vez al año. Los niños son más desinhibidos en su comportamiento. A menudo se enmascaran, pintan y disfrazan y les encanta probar diferentes papeles en sus juegos.
Un sueño con disfraz no sólo te hace parecer diferente, sino que realmente sientes que te han puesto en otra piel, como dice el refrán: "¡La ropa hace al hombre!". Despierta la imaginación y hace aflorar más nuestra naturaleza infantil.
La investigación onírica se ocupa sobre todo de lo que se oculta tras la fachada o el disfraz.
En la interpretación general de los sueños, la imagen onírica del disfraz simboliza el concepto de la fachada tras la que el soñador oculta su personalidad. Si el disfraz que se pone en la escena onírica es muy aterrador, ilustra que se miente a sí mismo o que no es sincero consigo mismo. Un disfraz también da información de que la persona en cuestión debe preocuparse por qué aspectos le gustaría que salieran más de sí misma o qué partes de sí misma están más activadas.
A veces, un sueño de disfraz es una expresión de que el soñador anhela las cualidades y fortalezas del personaje concreto que está representando. Durante el carnaval, suelen quitarse las cubiertas inhibidoras; no en vano a esta época se la llama "Libertad de los locos". Es una ley no escrita que permite romper los tabúes y los límites de las normas sociales de conducta, que de otro modo serían muy estrictas.
Si uno se disfraza de marioneta, esto indica que el soñador desea más erotismo en su vida.
Según la interpretación popular de los sueños, el disfraz en sueños representa una fiesta embriagadora y sensual. Si en su sueño ve a personas detrás de una máscara en una fiesta de carnaval, es una señal que debe advertirle de decepciones y engaños.
Si uno se disfraza en el plano onírico, esta imagen onírica amonesta al soñador a no acercarse enseguida con demasiada franqueza a personas desconocidas. A espaldas de uno mismo podría haber gente a la que le gusta armar jaleo y difundir rumores; hay que afrontarlo con calma. No sentirse a gusto con el propio disfraz significa que el soñador en cuestión siente que no puede mostrar su verdadera cara en la vida cotidiana por miedo a ser rechazado. Este símbolo onírico anima a la persona en cuestión a atreverse a aparecer sin fingimientos y a valerse por sí misma.
Para la investigación psicológica de los sueños, el disfraz como imagen onírica representa determinados patrones de personalidad del soñador. Está insatisfecho con su propio efecto externo y desea mejorar su imagen exterior. El respectivo disfraz en el sueño le indica en qué niveles debe acoger un cambio.
Si el soñador aparece en sueños con un disfraz muy provocativo, ello augura que suele codearse con los demás por sus extraordinarias maneras. Si uno aparece con un disfraz infantil, esto expresa que el soñador es bastante inmaduro en su comportamiento, por lo que se le pide que asuma más responsabilidades. Si uno interpreta a un personaje histórico con un disfraz correspondiente, esto refleja convicciones anticuadas y pasadas de moda de la persona en cuestión.
Si el soñador tiene la sensación, en el plano onírico, de que su personalidad se manifiesta mejor en su disfraz que en la vida cotidiana, esto transmite que la persona en cuestión tiene problemas con sus propios rasgos. Si teme disfrazarse o disfrazarse, su subconsciente simboliza conflictos psicológicos. Es posible que la persona en cuestión no se sienta suficientemente valorada, que no sea comprendida por su entorno social o que el problema resida en otra parte, concretamente en su vida sexual insatisfecha.
Espiritualmente, el símbolo del disfraz se analiza en sueños como una situación favorable para que el soñador amplíe su propia perspectiva y permita otros puntos de vista. Esta ampliación ofrece al soñador la oportunidad de ser más consciente de sus fuerzas interiores. Además, esta imagen onírica simboliza la transitoriedad de todas las cosas. Incluso el cuerpo no es más que un vestido, un disfraz de nuestro verdadero ser que también debe ser "desechado" al final de nuestros días de vida. Todo lo material de la vida encarna una obra divina, un teatro, una especie de fachada o disfraz de lo real. La visión tras el telón, el decorado, conduce a la liberación y la realización permanentes.
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